La historia:
Este es el último bajito que hice. Lo terminé hace un par de días. Está siendo sometido a las más rigurosas pruebas como que Valentina le camine por encima, etc. El dueño de este instrumento es mi amigo y bajista Luciano Tolú. Yo tenía la idea de hacer un bajo sin clavijero, que afinara como los Steinberger. Hace apróx. un par de meses empecé a tocar regularmente con mi amigo y bajista Marcos Fernandez que posee un Yamaha similar a los Steinberger, entonces me iluminé y de ahí tome la idea del microafinador. Casualmente en ese momento me encarga un instrumento Luciano, le comenté lo que tenía ganas de hacer y él aceptó el reto. La otra consigna era 5 cuerdas con trastes, así que se me presentó otro doble desafío, ya que este es el primer bajito que entrasto y también el primero con 5 cuerdas. Nos encontramos en el taller Luciano, su hermano el guitarrista Gabriel Tolú y yo a elegir las maderas. El mástil debía ser de madera super dura, las opciones fueron Palo Santo, Quebracho Colorado e Itím. Luciano se inclinó por el Palo Santo por el color y por la perfecta orientación de la veta, que este palito exhibía. Para el mástil yo le propuse Radal, una hermosísima madera del sur, muy difícil de encontrar, pero al verla no llamó tanto su atención. Se inclinó por un tabloncito de Alerce (Fitzroya Cupressoides) y al saber de qué madera se trataba y la escasez de la misma en el mercado, se inclinó por ella y no se equivocó. Así que ni bien supe cuál sería la materia prima me dispuse a hacer el mástil y luego todo fue muy rápido. El mástil es una sola pieza de Palo Santo, sin alma, con diapasón curvo y 24 trastes. El cuerpo fue diseñado por Luciano y responde a una sumatoria de ideas y modelos de referencia.